Sierra Grande Noticias por Silvia Panomarenko
Cada 8 de marzo, las mujeres del mundo nos unimos en una solidaridad universal para tener presente una historia de lucha, de exigencias de igualdad, de reconocimiento de los derechos de las mujeres como derechos humanos, formales y reales.
Desde los distintos hitos históricos, como el incendio ocurrido en una fábrica textil donde mueren 129 obreras, protagonistas de una huelga por reclamar mejores condiciones de trabajo en 1908, u otras referencias significativas de activismo a favor del sufragio femenino y en contra de la explotación sexual de las mujeres, o jornadas por demandas de igualdad de oportunidades para ejercer cargos públicos y el derecho al trabajo, son un recorrido auténtico de hechos que permitieron una transformación social durante el siglo XX que aún no está concluida.
En esta posmodernidad donde todo se banaliza, el poder hegemónico intenta desdibujar también el profundo significado del 8 de marzo y ofrece regalar flores y perfumes, en un homenaje a la femineidad, con modelo flaquísimas y glamorosas, abuelas rozagantes, amas de casa impolutas, que atienden niñitas y niñitos felices, en casas primorosas hasta la exageración.
Las mujeres que levantan su hogar en asentamientos precarios, las madres adolescentes, las niñas prostituidas no son parte de la parafernalia marquetinera, pero ellas son las verdaderas protagonistas de esta fecha, las más excluidas entre los excluidos, las madres que sobreviven barriendo calles , las miles de trabajadoras que día a día limpian y planchan para otras mujeres que ni siquiera las reconocen y le pagan salarios miserables en negro, aquellas que sol a sol trabajan la tierra o amamantan a sus hijos mientras las esclavizan atadas a la máquina de coser , que va y viene dándole forma a vestidos que jamás podrá comprar.
Las trabajadoras de la educación sabemos que debemos continuar la lucha por nuestro derecho a la libertad y el desarrollo ciudadano, por ello renovamos nuestro compromiso de proseguir tanto en las calles como en las aulas la disputa por la construcción colectiva de conocimientos como herramienta indispensable de liberación, con el objetivo de fortalecer desde una perspectiva de género, el cambio posible para construir la sociedad que soñamos: solidaria, con justicia social, sin exclusión.
Gral Roca, Fiske Menuco, 8 de marzo de 2014.
María Inés Hernández Luis Genga
Sec. Prensa, Comunic. y Cultura Sec. Derechos Humanos,
Género e Igualdad de Oportunidades.
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